¿Qué es la violencia filio-parental?
En
primer lugar debemos explicar qué es la violencia filio-parental,
esta violencia fue definida
por primera vez como el “síndrome del padre maltratado”, en
referencia a los síntomas que presentaban
los padres víctimas de esta violencia (Harbin & Madden, 1979).
Posteriormente, tal
y como
se puede ver en Rojas, Vázquez y Llamazares, (2016) fue Cottrell en
el año 2001 el autor que especificó
esta violencia como “cualquier acto que realiza el menor con la
intención de controlar a los
padres y/o causarles daño psicológico, físico o financiero”.
Actualmente, existe una nueva concepción
de VFP dónde se incluyen conductas como agresiones sexuales a los
padres, actuaciones
de violencia en disminución de conciencia o el propio parricidio
(Pereira,
Bertino y Romero,
2009) ya que éstas no encajarían en las características descritas
anteriormente de la violencia
filio-parental tradicional.
Por
otro lado es importante destacar la idea de Chinchilla, Gascón,
García y Otero, (2005) en la que comentan que de una manera general
en las situaciones de violencia
la víctima es dependiente de su agresor y por ello a la víctima le
cuesta poner freno a esas agresiones,
sin embargo en el tipo de violencia que tratamos en este trabajo son
los agresores los que
dependen de sus víctimas ya que estos padres están obligados por
ley a seguir atendiendo a sus
hijos, a darles alimento, cuidado, educación y una buena
convivencia. Todo esto influye en los sentimientos
que los progenitores u otras figuras de autoridad tienen con respecto
a la situación que padecen.
Saben que como adultos son responsables de sus hijos y que éstos
dependen de ellos legalmente,
sus sentimientos de culpa y vergüenza por haber llegado a esa
situación y sentirse malos
padres se disparan.
Tipos de VFP
Se
recogen tres dimensiones de la violencia filio-parental:
- Psicológica/emocional: daños en sentimientos, autoestima y emociones de los progenitores.
- Física: agresiones con arma/objeto o propio cuerpo.
- Financiera: robos, hurtos, destrucción de objetos de los progenitores.
¿Cómo son los agresores?
El perfil más característico de los agresores, según recogen varios estudios, sería el siguiente. Se trata de personas en las que predominan el consumo de sustancias, la baja autoestima y la inadaptación escolar. Además, poseen otras características como baja tolerancia a la frustración, egocentrismo, diferentes trastornos, impulsividad, problemas de control de la ira, entorno social negativo, falta de habilidades sociales, sintomatología depresiva, no asunción de responsabilidades, problemas de autocontrol, pueden ser testigos de violencia, ausencia de empatía o incluso empatía negativa (los agresores son capaces de reconocer el estado emocional de sus víctimas pero no llegan a conectar con dichas emociones, por lo que no tienen sentimiento de culpa y les permite reconocer el momento de mayor vulnerabilidad de sus víctimas).
Por otro lado, podemos destacar que existen más agresores que agresoras, siendo las edades comprendidas entre los 10-15 años las de mayor incidencia. Las agresoras suelen emplear mayoritariamente la violencia psicológica.
¿Resultado en las víctimas?
Generalmente las víctimas son las madres de los agresores. En ellas se aprecian las siguientes consecuencias: gran sentimiento de culpa, vergüenza y frustración por no haber sabido parar y reparar la situación. Además, se pueden observar problemas del sueño como insomnio, sintomatología depresiva, ideaciones suicidas e incluso el suicidio en los casos más extremos.
¿Cómo son las familias?
Si bien es cierto que no existe un patrón claro de familias en las que se den situaciones de la VFP, se ha relacionado este tipo de violencia con familias de nivel socioeconómico media-media y media-alta. Otras características comunes que se han encontrado en estas familias son la estructura monoparental, el divorcio o la separación, así como los estilos educativos permisivos, la parentalidad tardía, la existencia de un clima familiar negativo, pobre comunicación o un vínculo débil entre los miembros de la familia.
Ciclo de la violencia
Basándonos en la imagen que explica el ciclo de la violencia, observaríamos que los padres adoptan una postura reconciliadora y pacificadora para con sus hijos. Los agresores ven esta actitud de los padres como una sumisión y por ello se sienten triunfadores de la situación, en consecuencia aumenta el nivel de exigencias hacia los padres. Ante esto, los padres responden de forma dura y hostil, con la intención de recuperar el control y el dominio de la situación. Con este nuevo “ataque” de los padres, los hijos creen necesario aumentar su violencia para volver a recuperar su poder frente a ellos y los primero acaban dándose por vencidos. Después de esto, los padres atraviesan una etapa de reflexión en la cual intentan analizar cómo proceder y qué hicieron mal, se aprecia en ellos una gran confusión e impotencia y tras esta fase pueden adoptar dos posturas: o la pacificadora o la dura y hostil. Como vemos, sea cual sea el camino que escojan estos padres, el resultado será el mismo ya que permanecerán inmersos en la dinámica del ciclo de violencia. En este ciclo también podemos apreciar ciertas características de las víctimas como son la impotencia y la frustración, ya que no saben cómo salir de esa situación y ven que actuando tanto de forma suave como dura siempre obtienen como respuesta una mayor violencia, lo que a su vez les genera más confusión e impotencia.
referencias
Chinchilla, Mª. J., Gascón, E., García, J. Y Otero, M. (2005). Un fenómeno emergente: Cuando el menor descendiente es el agresor. Universidad de Zaragoza, Zaragoza, España. Recuperado de: www.unizar.es/sociologia_jutridica/viointafamiliar/magresor.pdf
Harbin, H. T. & Madden, D. J. (1979). Battered parents: a new syndrome. American Journal of Psychiatry, 136(10), 1288-1291. doi:10.1176/ajp.136.10.1288
Pereira, R., Bertino, L. y Romero, J. C. (2009). La violencia filio-parental: contexto, proceso y dinámicas familiares. IV Jornadas Formación SEAFI'S: Violencia filio-parental. Orientaciones prácticas para profesionales. Valencia, España.
Rojas, J. L., Vázquez, G. Y Llamazares, J. A. (2016). Violencia filio-parental: una revisión de un fenómeno emergente en la investigación psicológica. Ajayu, 14(1), 140-161.
Es muy interesante y se trata de un tema bastante desconocido.
ResponderEliminarQue razon tienes...
ResponderEliminarGracias a Consenso Psicoloxia por tratarlo����!!!
Y si el origen de el maltrato es un hij@ traumatizado por abusos en su infamcia? Como vas a denunciarle o echarle, no puedes... No puedes simplemente
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