CRITERIOS
Según el DSM-5, los criterios diagnósticos para el Trastorno Negativista Desafiante son los siguientes:
A. Patrón de enfado/irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa que dura por lo menos 6 meses, manifestándose al menos con 4 síntomas de cualquiera de las categorías siguientes y que se exhibe durante la interacción por lo menos con un individuo que no sea un hermano.
Enfado/irritabilidad
- a menudo pierde la calma
- a menudo está susceptible o se molesta con facilidad
- a menudo está enfadado y resentido
Discusiones/actitud desafiante
- discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en caso de niños y adolescentes
- a menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad o normas
- a menudo molesta a los demás deliberadamente
- a menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento
Vengativo
- ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos seis meses.
B. Este trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el individuo o en otras personas de su entorno social inmediato o tiene un impacto negativo en las áreas social, educativa, profesional u otras importantes.
C. Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico, un trastorno por consumo de sustancias, un trastorno depresivo o uno bipolar. Además, no se cumplen los criterios de un trastorno de desregulación perturbador del estado de ánimo.
Se debe especificar la gravedad del trastorno:
- Leve: los síntomas se limitan a un entorno (en casa, en el colegio, en el trabajo...)
- Moderado: algunos síntomas aparecen en dos entornos por lo menos.
- Grave: algunos síntomas aparecen en tres o más entorno.
Este trastorno no suele iniciarse antes de los 8 años ni más tarde del inicio de la adolescencia, siendo más grave en niños que en niñas.
En cuanto a las familias, se ha encontrado que muchos padres con hijos con este trastorno se interesan mayoritariamente por el poder y el control sobre sus hijos.
TRATAMIENTO
Sobre el posible tratamiento a llevar a cabo, son de gran utilidad:
- Terapia Cognitivo Conductual
- Técnicas conductuales: como economía de fichas, contrato conductual, programas de reforzamiento...
- Técnicas cognitivas: reestructuración cognitiva, entrenamiento en autoinstrucciones, entrenamiento en autocontrol, entrenamiento en solución de problemas...
- Tratamientos Farmacológicos: pueden ayudar a combatir los síntomas y han demostrado eficacia en la reducción de la frecuencia e intensidad de los enfados y de las conductas agresivas.
FAMILIA
Hay que tener en cuenta que estos trastornos no solo se tratan con el niño, sino que su familia tiene un papel fundamental en su tratamiento. Así pues se debe entrenar a los padres o aquellas figuras de autoridad para los niños en estrategias de manejo de conductas perturbadoras. Además, otra parte del tratamiento también debe ir encaminada a mejorar el bienestar de los progenitores, puesto que cuanto mejor estén ellos, más y mejor ayudarán a su hijo.
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